Para transportar la energía que necesitamos en nuestros hogares es necesario construir torres porque son el soporte para los cables que la conducen. Cada una pesa alrededor de 26 toneladas y la distancia con su homóloga varía dependiendo de la topografía del lugar.
Contrario a las percepciones comunes, las modernas torres de transmisión eléctrica están diseñadas con una profunda consideración hacia el impacto ambiental. En Guatemala y el mundo, la adopción de tecnologías avanzadas en la construcción de estas estructuras ha demostrado que es posible ampliar la infraestructura eléctrica sin comprometer la integridad del entorno natural. Este enfoque innovador no solo cumple con los estándares ambientales, sino que también muestra un progreso significativo hacia un futuro energético más sostenible.
Innovaciones sostenibles en el diseño de torres
Para construir torres de transporte de energía eléctrica se tienen que llevar a cabo varios pasos, que inician con su diseño y replanteo para posteriormente adquirir los suministros para su construcción. También se deben gestionar estudios de impacto ambiental y forestales; así como la gestión de constitución de derechos de paso.
Con los permisos requeridos, inicia la obra civil. Le tomará aproximadamente un mes a un equipo de 30 personas construir una torre. A través de nuevas tecnologías se colocarán los cables de transporte sin intervenir la cobertura boscosa. Se trata de una práctica sostenible que implica el uso de drones para realizar el tendido de la línea guía entre dos torres, evitando así la intervención de área boscosa a la que se tendría que acudir si este proceso se hiciera desde el suelo. Se necesita personal especializado para pilotear el dron, además de dos cuadrillas trabajando en alturas, una en la torre donde inicia la línea guía y otra donde termina.
Avances en la tecnología de instalación
La introducción del uso de drones para el tendido de líneas eléctricas marca un cambio significativo en la reducción del impacto ambiental. Esta tecnología permite instalar cables sin la necesidad de perturbar extensas áreas de vegetación, lo que ayuda a preservar los mantos acuíferos y los ecosistemas locales, así como minimizar la perturbación del hábitat.
En ese sentido, los drones no solo aceleran el proceso de construcción, sino que también incrementan la seguridad, evitando las operaciones en terrenos difíciles.
Las torres de transmisión eléctrica modernas representan un ejemplo sobresaliente de cómo la infraestructura crítica puede evolucionar hacia prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. El compromiso con la innovación y la tecnología ha permitido que proyectos como los de Trecsa atiendan las necesidades energéticas del presente y garanticen la protección del entorno natural para las futuras generaciones. Este enfoque equilibrado refuerza la posibilidad de un desarrollo energético que respeta profundamente los valores ambientales.