En el mundo de los negocios cada empresa es distinta, y cada una de ellas tiene su propia cultura corporativa que la hace única. Las hay más flexibles, más exigentes, que se centran en la responsabilidad social empresarial, o en la expansión del negocio, pero el elemento más importante en la actividad de cualquiera de ellas, es el poder manifestar una cultura de cumplimiento.
Una cultura de cumplimiento implica un enfoque particular en la gestión de un negocio, y es una parte integral de las operaciones de una empresa. Una cultura de cumplimiento sólida buscará infundir ética en las operaciones de una organización de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba.
Este tipo de cultura laboral conlleva un liderazgo que está fuertemente comprometido con hacer negocios de una manera honesta, ética, y legalmente compatible, y que además está dispuesto a alejarse de toda transacción que no cumpla a cabalidad con ese estándar. Es este un método de trabajo que busca ser compartido con todos los colaboradores.
Uno de los pilares del crecimiento del Grupo Energía Bogotá (GEB), y por consiguiente de la Transportadora de Energía de Centroamérica S.A. (Trecsa), es el constante fortalecimiento de sus prácticas hacia una cultura de cumplimiento y anticorrupción.
Al ser una empresa que se enmarca dentro de las conocidas Infraestructuras críticas, con presencia en áreas tan emblemáticas del país como Antigua Guatemala, o Chiantla, así como por su importante papel en el transporte de energía eléctrica gracias al Plan de Expansión del Sistema de Transporte de Energía, PET-01-2009, Trecsa busca, a través de su Alta Dirección, fortalecer el actuar diario de la organización, con la finalidad de prevenir toda clase de actividades y conductas antiéticas.
Los 5 pilares que hacen posible una cultura de cumplimiento y anticorrupción
En Guatemala son varias las instituciones que velan por el resguardo de la ley, pero en el tema de la corrupción o los negocios ilegales destacan entre otras, el Ministerio Público, a través de la Fiscalía Especial Contra la Corrupción (FECI), o la Superintendencia de Bancos (SIB), cuya misión es promover la estabilidad y confianza en el sistema financiero supervisado.
A ese esfuerzo público para combatir la corrupción se debe sumar el trabajo privado de las empresas hacia adentro y a través de los siguientes pilares:
Compromiso de la Alta Dirección
Dentro de una organización empresarial, una cultura de cumplimiento y anticorrupción comienza cuando la junta directiva y los altos ejecutivos establecen el tono adecuado para el resto de la empresa. Los gerentes y empleados se inspiran en estos líderes corporativos y reproducen los buenos comportamientos.
Controles y supervisión efectivos
Construir una cultura de cumplimiento y anticorrupción implica también contar con estándares y controles efectivos, incluidas las políticas y los procedimientos que han sido diseñados para abordar los riesgos que enfrenta la empresa en el mundo real, así como la forma de implementarlos.
Una comunicación fluida entre la Alta Dirección y los colaboradores
Consolidar una cultura de cumplimiento implica que existan comunicaciones frecuentes de la Alta Dirección para con los colaboradores, en aras de recordar a los empleados de la empresa la importancia que conceden personalmente al cumplimiento y la anticorrupción. Así mismo, es indispensable que existan los canales pertinentes para que cualquier empleado pueda denunciar actividades ilegales dentro de la empresa.
Capacitar al equipo con regularidad en cumplimiento y anticorrupción
La capacitación periódica sobre cumplimiento y anticorrupción es vital para generar una cultura laboral sana. Las actividades de formación en torno a estos mecanismos suelen tener un impacto positivo no solo en el trabajo diario, sino también en el carácter y desempeño de los colaboradores.
Monitoreo y auditoría continuos
El paso final para el logro de una cultura de cumplimiento y anticorrupción es el monitoreo y auditoría constantes en toda la empresa, para asegurarse de que los estándares, las políticas, y los procedimientos, se implementan de manera adecuada y continua en todos los niveles de la organización.
Las principales actividades en materia de cumplimiento y anticorrupción que realiza Trecsa
- Actividades de comunicación respecto a las políticas y procedimientos anticorrupción: con un alcance del 100% de los colaboradores durante el año 2020, incluyendo a los miembros de la Alta Dirección de Trecsa.
- Actividades de formación respecto a mecanismos anticorrupción: con una cobertura de 143 personas en total, y un porcentaje de cumplimiento del total de actividades del 88%.
- Programa de formación en la Alta Dirección: con un porcentaje de cumplimiento del 85% en cuanto a la totalidad de actividades que hacen parte del Plan de Formación de Ética y Cumplimiento.
- Gestión anual del documento de adhesión al Código de Ética y diligenciamiento de la Declaración de Conflicto de Intereses. Esta información es administrada por nuestro Comité de Ética y Cumplimiento quienes validan la existencia de potenciales casos que deban ser gestionados.