El liderazgo femenino sigue siendo un tema muy controvertido cuando se trata de cuánto contribuyen las empresas a la igualdad de género. Si bien la sociedad ha evolucionado mucho con respecto a décadas atrás, cuando las mujeres no eran bien vistas ni siquiera en términos de acceso a la educación superior, aún queda mucho por hacer.
No se trata solo de entender que es necesario ofrecer las mismas oportunidades a las mujeres profesionales, sino de cambiar patrones y ver el potencial que tienen para contribuir a una cultura organizacional más fuerte.
Hay muchas características que hacen que el liderazgo femenino sea fundamental para una organización, y por eso vale la pena citar ejemplos como el de Trecsa, la empresa de transporte de energía que está apostando fuerte por esta idea.
En Trecsa se implementa una Política de Diversidad e Inclusión, que permite crear un ambiente más equitativo entre los colaboradores, lo cual se hace especialmente importante en el caso de las mujeres.
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La importancia de la participación femenina en puestos de liderazgo
Cuando se analiza el sector eléctrico, o casi cualquier industria, aún es posible identificar una baja representación y un importante camino por recorrer para aumentar la participación femenina, en un entorno profesional predominantemente masculino.
El liderazgo femenino es fundamental para establecer la igualdad de género dentro de una empresa, y así contribuir a la igualdad en la sociedad. Aunque enfrentan muchos obstáculos para alcanzar esta clase de puestos, las mujeres profesionales tienen toda la capacidad técnica y conductual para enfrentar bien las exigencias de una posición superior.
Las habilidades que forman el perfil del liderazgo femenino son esenciales para el período dinámico que atraviesa el mercado corporativo actual, influenciado por la transformación digital y el futuro del trabajo. Toda la construcción de un entorno profesional más igualitario, diverso, e inclusivo tiene la capacidad de generar resultados que van mucho más allá del aspecto económico.
Es una visión a ser adoptada por la gestión del capital humano, con el objetivo de aumentar el compromiso y la satisfacción de los empleados, reflejada en el fortalecimiento de la reputación y reconocimiento de marca.
En consecuencia, los clientes más críticos pasan a ver a la empresa con otros ojos, aumentando su atracción y retención, generando utilidad orgánica. Para incentivar este proceso, ONU Mujeres y el Pacto Mundial crearon los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, que tienen como objetivo orientar a las empresas a implementar prácticas y acciones que logren la igualdad de género.
Más que la capacidad técnica para ocupar posiciones de liderazgo, dado que la cantidad de mujeres en carreras de grado y posgrado es innegablemente alta, naturalmente tienen un perfil que también aporta mucho a la cultura interna.
Varios estudios muestran que tener mujeres en roles de liderazgo puede ayudar a las organizaciones a forjar una conexión más profunda con sus clientes, inspirar a otras empleadas, y aumentar el compromiso de los empleados. En resumen, el aumento de la diversidad en posiciones clave también es un beneficio significativo durante la escasez de habilidades, ya que las organizaciones tendrán acceso a un grupo de talentos más amplio.